UV entrega reconocimiento a profesor Lautaro Ojeda y a su equipo de estudiantes por plaza de Puertas Negras
Obtuvo el premio Aporte Urbano al mejor proyecto de espacio de uso público de escala barrial de Chile.
La Universidad de Valparaíso entregó un reconocimiento al académico Lautaro Ojeda y sus alumnos por su trabajo en Centro Infantil Comunitario Abierto (CICA) de Puertas Negras, Playa Ancha, codiseñado junto a vecinos del sector, que obtuvo el premio Aporte Urbano al mejor proyecto de espacio de uso público de escala barrial de Chile, en el concurso de la Cámara Nacional Chilena de la Construcción, el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, la Asociación de Oficinas de Arquitectos y el Colegio de Arquitectos.
El acto fue encabezado por el rector Osvaldo Corrales y contó con la presencia del vicerrector de Vinculación con el Medio, Carlos Lara; el decano de la Facultad de Arquitectura, Juan Luis Moraga; la directora de la Escuela de Arquitectura, Mabel Santibáñez; el director de Extensión y Comunicaciones, Osvaldo Bizama, junto al profesor Lautaro Ojeda y sus estudiantes.
El rector Corrales destacó que “éste es el tipo de universidad que queremos ser, vinculada al territorio, al servicio de mejorar la calidad de vida de las personas, en la que confluyen la docencia de pregrado, la investigación y la vinculación con el medio a través del trabajo con los vecinos y la comunidad”.
“El profesor Lautaro Ojeda dirige un centro de investigación en el que explora distintas tecnologías y metodologías, pero también distintas fórmulas de dar solución a problemas urbanos, con un destacado aporte de sus estudiantes, lo cual habla de la excelencia con la que trabajamos en la UV, por lo que estamos muy orgullosos y felices que este trabajo haya sido reconocido a través de este premio nacional como el mejor aporte a la arquitectura a escala barrial de Chile”, agregó.
En tanto, Lautaro Ojeda agradeció a “todas las personas que aportaron para lograr este proyecto. En primera instancia, a Andrea Pino, cocreadora del juego didáctico con el que desarrollamos todos los talleres participativos; al Centro de Investigación de Vulnerabilidades e Informalidades Territoriales (Cinvit-UV); a la vicerrectoría de Vinculación, al decanto, a la prorrectoría y a todos quienes posibilitaron este proyecto, que no es solo de arquitectura, sino es de investigación-acción, de vinculación, de gestión y de formación de estudiantes, y que finalmente es una ejecución de obra”.
“Este reconocimiento es bastante gratificante, porque significa pertenecer a la universidad como un actor público relevante para la Región, para la comuna y la comunidad. Que eso quede impreso para nuestros estudiantes es realmente relevante, que lo vean reflejado en un acto de la institución reafirma ese sentimiento instalado en nuestra escuela, que es este compromiso social con los habitantes que van a ocupar los proyectos que se desarrollen, que siempre sean con una visión de cosideño, en que la comunidad pueda intervenir en las decisiones de proyecto y en la construcción de las obras”, añadió.
Estudiantes y arquitectos
Sara Toledo ingresó como becaria en 2021 al proyecto y hoy se encuentra cursando su ciclo de título. Estuvo encargada de la inspección de obra, de los talleres participativos con la comunidad sobre el proceso de diseño de la cancha y del diseño de la lámina que se presentó al concurso.
Sobre su experiencia, señala que ha sido “tremendamente significativa, es estar en el momento justo donde está pasando algo trascendental. Aprendimos muchas habilidades blandas que no necesariamente se enseñan en la academia y desarrollamos herramientas para hacer las cosas de forma distinta a la convencional, en conjunto con las personas a las que nos debemos y para las cuales proyectamos. Es muy gratificante que la Universidad reconozca estas intervenciones que los estudiantes y profesionales llevan adelante”.
Javier Casanova, se tituló el 2020. Estuvo desde el inicio del proyecto, cuando comenzaron los trabajos colaborativos con los vecinos, proceso que define como “muy bonito, porque genera un vínculo con las personas más allá de lo arquitectónico, fue muy emocionante. Destaco la metodología que tiene este proyecto, su manera de acercarse a las personas, con el codiseño, que se hace a través del juego, porque se hace a través de una sintonía con las personas que finalmente logra el proyecto que podemos ver hoy en el lugar”.
El espacio, nombrado “Renacer” por los habitantes del sector, comenzó a gestarse luego del devastador incendio de enero de 2017 que destruyó el sector. Diseñado entre los años 2019-2020, forma parte de un convenio de colaboración multiactoral entre el Minvu, el Centro de Investigación de Vulnerabilidades e Informalidades Territoriales UV (Cinvit-UV), la Municipalidad de Valparaíso y la comunidad de Puertas Negras a través de una metodología de investigación-acción participativa y fue inaugurado en mayo de este año.