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Edward Rojas: “Los estudiantes deben desarrollar propuestas contemporáneas con energías locales”

25 Abr 2022

El Premio Nacional de Arquitectura 2016, fundador del Museo de Arte Moderno de Chiloé y exalumno UV, Edward Rojas, fue el invitado principal en la inauguración del año académico de la Escuela de Arquitectura, unidad que le entregó la distinción Myriam Waisberg, al igual que a la profesora Cecilia Jiménez.


Desde que se radicó en 1977 en Chiloé, Rojas enfocó su trayectoria profesional en la defensa del patrimonio arquitectónico y cultural de la isla. Su reencuentro en la Escuela de Arquitectura comenzó con una visita al taller de primer año, revisando un ejercicio de composición a través del collage.


Al respecto, comentó que “el collage es una herramienta de investigación y representación que permite unir elementos de orígenes diferentes. Es lo que he hecho en arquitectura desde hace cuarenta años: juntar lo nuevo con lo viejo, lo propio con lo ajeno y lo vernacular con lo contemporáneo”.


Sobre su clase magistral, “Arquitectura sustentable en Chile”, señaló que “son temas que se comenzaron a hablar hace veinte años, referidos básicamente a la eficiencia térmica, pero desde un comienzo empezamos a trabajar en sustentabilidad sin saber que lo era. Hace 45 años me atreví a ir a Chiloé, la tierra incógnita, sin saber las grandes satisfacciones que eso iba a significar, al poner en valor una arquitectura de madera con un valor local, pero también tremendamente universal”.


En cuanto a su relación con las nuevas generaciones de estudiantes, Rojas indicó que “siempre les digo que es posible ser Premio Nacional de Arquitectura luego de haber nacido, estudiado y haber realizado una obra en provincia y no en Santiago, que no es Chile. Los estudiantes deben atreverse a ir provincia y desarrollar una propuesta contemporánea a partir de esas energías locales. Es emocionante reunirse con los estudiantes, es volver al origen, desde donde se inició un proceso para desarrollar una obra local que ha tenido un reconocimiento universal. A partir de esa forma de hacer arquitectura, que aprendí en esta escuela y en los cerros de Valparaíso, supe que no solo era la obra de un profesional iluminado, sino que también la hacen las comunidades con su conocimiento ancestral”, explica.


Para Rojas “la arquitectura de los arquitectos es solo un 5%, el resto es universal, eso lo aprendí en un momento de la historia en que se incorporan a la enseñanza otras materias, como antropología, sociología, geografía o historia, entre otras, porque antes el tema estaba centrado en el objeto arquitectónico, la belleza o la funcionalidad, pero no estaba vinculado con su territorio, contexto, clima o habitantes, eso fue esencial haberlo aprendido en esta escuela”.


Nuevos desafíos


Entre sus nuevos proyectos destaca un edificio de doce pisos, revestido íntegramente en tejuelas de pino. “Estamos trabajando con nuevas tecnologías para mantener la textura y sombras de las tejuelas sin usar la madera milenaria del alerce. Ocupamos pino radiata común sometido a altas temperaturas para cambiar su composición física y mecánica, para que quede tan durable como el alerce. Es un pino termotratado que mantiene la textura con nuevas materialidades. El gran desafío es cómo se incorporan nuevos materiales, dado que hay mucha más conciencia sobre la protección del bosque nativo y mayor desarrollo de los bosques artificiales como el pino radiata, que hoy es el gran material, ya que tiene una durabilidad similar a las mejores maderas nativas”, indicó.